Cómo se hizo… Agonía de la palabra

Si las personas fuéramos capaces de transmitir contenidos psíquicos de unas mentes a otras, las palabras no hubieran existido. Y sin la posibilidad de la mentira, con toda seguridad viviríamos en un mundo distinto.

Manipular a la opinión pública haciendo mal uso de las palabras no es nuevo. Mi particular visión es que andamos rozando los límites del sonrojo. Con esta fotografía intento plasmar esa inquietud.

El primer paso consistió en decidir el centro sobre el que gravitaría la idea. La palabra limpia, reconocida y respetada de un galardonado con el Nobel de literatura me pareció buen comienzo. “Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García Márquez aportaba además la metáfora y el concepto necesarios.

Palabras corrompidas I

El siguiente paso fue corromper esas palabras. Trozos de carne esparcidos por unas páginas al azar ensuciaban, pero no acababan de echar a perder la superficie. Mantuve el libro reposando en la oscuridad del sótano por un tiempo. Se necesitaron varias semanas para alcanzar el aspecto deseado.

Buscaba envejecimiento y podredumbre, pero hubiese requerido meses de reposo en un lugar adecuado; eso era esperar demasiado. Procesando la imagen a base de textura fibrosa y desenfocando nubes se alcanzó la capa de moho que pretendía.

agonía de la palabra paso II

Agonía de la palabra paso IIIAl final, una máscara de sombras acabó por aportar el dramatismo que imaginé en un principio, con el objeto de comunicar cómo las personas pervertimos las palabras mediante el uso mal intencionado que hacemos de ellas.

Agonía de la palabra

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